No será para tanto. Calor ha hecho otras veces y no ha pasado nada. De este cariz son algunos de los comentarios comunes ante protestas como la concentración que desde las 8.30 de la mañana protagonizaban ayer unos 150 alumnos y alumnas del IES Sant Vicent Ferrer de Valencia para protestar por las condiciones térmicas en que reciben clase en este caluroso mes de septiembre.
Más tarde se les unió un grupo de compañeros del Lluís Vives (de Valencia) y cortaron el tráfico en una de las avenidas mayores de la capital, la del Antic Regne. “Vamos a clase, morimos de calor” o “Nos han cambiado las aulas por saunas” eran algunas de sus proclamas, ante la perplejidad de algunos espectadores, que como parte de la población no acaba de entender las protestas sucedidas desde el inicio de curso el día 3.
La misma Consejería de Educación demostraba no acabar de entender lo que estaba pasando al recalcar que “suspender las clases por las elevadas temperaturas constituye una medida totalmente desproporcionada”.
Ayer no hizo falta que se suspendieran las clases oficialmente para que en muchos centros los alumnos mayores, a veces secundados por los menores, se concentraran en el patio o en la puerta en señal de protesta, o simplemente dejaran de ir a clase. También se acortaron horarios. Para hoy se anuncian más. “Lo más común ha sido la inasistencia con el acuerdo de los padres o directamente el absentismo”, resumía Vicent Baggetto, presidente de la Associació de Directors de la Comunitat Valenciana.
Estas acciones se multiplicaron ayer en el litoral y las zonas bajas de la Comunidad, donde hubo registros en torno a los 36 grados a las 14.30. Solo la lista de los IES que lo publicitaron era ya larga. En Valencia, el Tavernes Blanques, el Hort de Feliu de Alginet, el Andrés Estellés de Burjassot, el Veles e Vents de Gandia, Les Foies de Benigànim, Marjana de Chiva o Serpis de Valencia. En Alicante, el Ifach de Calp, Azud de Alfeitamí de Almoradí, L’Arabí de L'Alfàs del Pi o el Virgen del Remedio de Alicante, entre otros.
Llamaba la atención que muchos alumnos conocían algunos aspectos norm
ativos del problema. “¡Más de 27 grados no es legal!” exclamaban los del Sant Vicent Ferrer, donde a primera hora de la mañana el profesorado ya había medido una temperatura superior de 28. Hasta ahora esta materia era de dominio sindical o como mucho docente; ahora también las asociaciones de padres y el alumnado conocen los límites de humedad y temperatura legales en las condiciones ambientales de los centros de trabajo, no solo los de enseñanza. De hecho, quienes primero alzaron la voz de alarma fueron los sindicatos.
Según la Agencia Estatal de Meteorología, la Comunidad Valenciana ha registrado el inicio de septiembre más cálido desde 1950 en la provincia de Castellón; desde 1998, en Valencia, y solo igualado en Alicante en 1962 y 2004. “Estamos viviendo una situación extraordinaria, ante la que los directores estamos atados de pies y manos”, afirma Baggetto. “Debería servir para que se establezcan protocolos de actuación en estos casos”. En el instituto de este director, hace unos años hicieron “un estudio para la instalación de aire acondicionado, pero resultó inasumible para los gastos del centro”, asegura.
Este portavoz de directores reconoce “un malestar de fondo que subyace en las protestas, la gente está caliente con la improvisación de la LOMCE, los recortes y un calendario insensato, no era necesario acabar tan tarde el curso ni empezar tan pronto”. CC OO criticaba en un comunicado “el avance del inicio de curso de manera unilateral” e “invitaba a la resistencia educativa a los recortes y los despropósitos de la consejería”. El presidente del AMPA del IES Vicent Estellés de Burjassot recordaba que “además de las altas temperaturas, los profesores no han tenido tiempo para reunirse y tenerlo todo preparado, lo que ha derivado en un caos”en los centros.
Siempre ha hecho más o menos calor, cierto, pero algunos alumnos del Sant Vicent Ferrer recordaban que el año pasado empezaron el 16 de septiembre, no el día 3. Al verlos cortar el tráfico, era inevitable recordar que la “primavera valenciana” arrancó con la actuación policial ante las protestas de alumnos del Lluís Vives por los recortes. Ayer la policía fue prudente.
