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miércoles, 6 de abril de 2016

El Consejo General de Colegios Oficiales de Podó́logos aconseja prohibir las deportivas con ruedines en los colegios


El 11% de los alumnos de infantil, sobre todo niñas, de la muestra acudieron a clase con heelys, esas deportivas con ruedines que, más que un calzado, son juguetes. Pasar mucho tiempo con ellos aumenta la carga en el antepié un 40%, y la presión media sobre el talón es hasta 2,7 veces superior, sin contar con que las ruedas pueden hacer que pese más del doble que unas deportivas normales. «A largo plazo, este calzado puede ocasionar problemas derivados de su peso, de la altura del tacón, de la falta de flexibilidad y del propio ruedín y su inestabilidad», alerta Roberto Pascual, experto en Podología Infantil y profesor de la Universidad Miguel Hernández, de Elche. Según un estudio realizado con la colaboración de la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, asegura que este tipo de calzado inadecuado puede ocasionar la enfermedad de Freiberg, acortamiento de la cadena muscular posterior o el desarrollo de pies planos, entre otros trastornos.

El estudio, que se realiza desde hace 10 años realizando revisiones a unos 600 niños, de 3 a 12 años, reveló también que un 62% de los escolares, casi todos niños, acuden al centro con un calzado específico para fútbol sala o césped artificial. Este calzado tiene unas características que no lo hacen recomendable para el uso continuo, como tener horma estrecha, suela fina, multitacos y material artificial. «El objetivo es buscar y confirmar salud, no buscar patologías; y en el caso de encontrar datos no compatibles con la normalidad, hay que informar para su valoración más exhaustiva», asegura Pascual. Después de conocer los resultados y conclusiones del informe, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podó́logos ha recomendado a los centros educativos que prohiban a los niños que acudan al colegio con calzado con ruedines.

Este tipo de calzado tiene una altura de tacón que aumenta la carga en el antepié́ un 40%, lo que afecta al niño, pues tiene unos 5 centímetros en promedio, lo que hace que varíe el peso que soporta cada parte del pie. «Cuando estamos descalzos en el suelo el 75% del peso lo soporta el talón y el 25% el antepié́», explica el estudio. «El talón está concebido como soporte mientras que el antepié tiene una función dinámica, no de soporte. Esto se manifiesta en la arquitectura del pie: huesos anchos y cortos en el talón y huesos más largos y estrechos en el antepié́. A medida que la altura de tacón aumenta, los porcentajes varían. Así́, con un tacón de 4 centímetros el talón ya sólo soporta el 50% del peso y el otro 50% el antepié́. A medida que el tacón aumenta, el antepié soporta mayor carga. Esto puede tener consecuencias en problemas de crecimiento, enfermedad de Freiberg o metatarsalgias, así́ como el posible acortamiento a largo plazo de la cadena muscular posterior y su relación con las talalgias, como la enfermedad de Sever y el desarrollo de pies planos que no evolucionan de forma fisiológica a partir de los 8 años de edad».


En el caso del uso de los heelys, el estudio de posturología del profesor Pascual demostró que la carga en el antepié́ aumenta hasta un 40% cuando el niño va calzado con la rueda, lo que equivale a un tacón de entre 4 y 5 centímetros. «Esto hace que los huesos del talón se desarrollen menos y el niño tenga un talón estrecho que, a largo plazo, le puede provocar consecuencias negativas», afirma el estudio. «Caminar habitualmente con calzado con ruedines es similar a hacerlo de puntillas, patología conocida como marcha de puntillas idiopá́tica o marcha equina, que se produce por diversas causas».

Además, el uso de este tipo de calzado también altera la los parámetros de presión sobre el talón. «Una niña que descalza pesa 32,4 kg y mide 128 cm presenta un punto má́ximo de presión en el talón derecho de 2.072 gr/cm2; esta presión aumenta a 5.017 gr/cm2 en el mismo talón al ponerse los heelys; y con la rueda, el valor es de 8.743 gr/cm2, es decir se multiplica por más de 4 el valor de presión máxima, con las posibles consecuencias a largo plazo; esta modificación del valor de presión máxima se altera en todos los niños evaluados, con una variación que oscila entre 3,5 y 7 veces más presión del niño calzado con heelys con rueda respecto a la presión descalzos».

En conclusión, los Colegios de Podó́logos recomiendan a los padres que no pongan a sus hijos este calzado. «Los padres deben concienciarse de que no es conveniente un calzado con tacón para uso habitual, ni ningún calzado no diseñado para utilizar durante muchas horas, como por ejemplo las zapatillas de fútbol multitacos. Un niño no debería usar un juguete como los heelys más de una o dos horas a la semana», señalan.



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